La Inquisición
Torturas
Las técnicas de tortura eran muchas y variadas, desde los simples latigazos a los métodos más elaborados e imaginativos. La tortura era el método más extendido en esta época tan oscura; no había drogas para controlar la mente.
• El extrapado, era una variante del ahorcamiento. A la víctima se le dejaba inmóvil atándola de pies y manos con los brazos atados a la espalda, se le levantaba del suelo provocando gran dolor en los hombros. El dolor se intensificaba, dejando caer al prisionero y se detenía la caída antes de llegar al suelo, sufriendo el acusado una gran sacudida. El inquisidor entraba de nuevo y seguía con el interrogatorio, confiando que el dolor provocara una respuesta diferente.
• Una de las torturas más imaginativas era la de la toca o tortura del agua: la víctima era atada sobre una superficie y se le obligaba a tragar una tela absorbente, cuando no le entraba más tela en la garganta se vertía agua dentro de su boca que el torturado tragaba por reflejo y la tela se introducía más y más hasta llegar al estómago, después se tiraba de la tela hacia fuera con el consiguiente dolor.
• Otro castigo muy peculiar era el San Benito, al reo se le obligaba a llevar una túnica con un aspa de color rojo que marcaba al penitente como hereje confeso y tenía que llevar el San Benito todo el tiempo; era una constante humillación porque no podía escapar de la mirada del público.
• Otra tortura conocida era el potro: la víctima era atada a un poste vertical y se colocaban cuerdas alrededor del cuerpo provocando dolor, el inquisidor continuaba con el interrogatorio.
• La pena mayor era la muerte en la hoguera para dos clases de presos, algunos herejes que se negaban a cooperar y a pecadores reincidentes. Si confesaban podían ser quemados después de muertos.