La Inquisición
Prácticas
La parte fundamental del trabajo de la Inquisición era el interrogatorio: el prisionero permanecía encadenado durante horas interminables. Estos antiguos y siniestros métodos han pervivido imitados en el mundo moderno por regímenes políticos y religiosos opresivos desde la Gestapo (policía secreta del Estado alemán) al KGB (comité para la seguridad del Estado ruso). El interrogatorio comenzaba de manera sosegada con preguntas en apariencia inocente sobre la vida del prisionero y la de su familia. También le preguntaban sobre qué hacía el prisionero en un determinado lugar, qué hacía su familia. Ellos denominaban a la familia del prisionero como cómplices. La Inquisición buscaba una confesión voluntaria.
El prisionero podía estar encerrado durante semanas e incluso durante meses y el carcelero era su único contacto humano. Después el inquisidor lo visitaba para hacerle más preguntas, para incitar al prisionero a que confesara. El inquisidor sigue preguntando y la presión psicológica, la soledad, la preocupación por su familia y también por uno mismo hacían que al final se confesara.
La Inquisición no tenía prisa por aplicar su justicia. Algunos juicios e interrogatorios duraban años, durante los cuales, los prisioneros enfermaban en prisión. A los ojos de los carceleros los prisioneros habían cometido el crimen más vil del mundo medieval, la herejía.