Don Quijote de la Mancha
Fragmento de la obra
De lo que cuenta Dulcinea del Toboso tras la aventura del caballero andante con los molinos (capítulo inexistente en la obra)
-¡Ohhh Caballero! Don Quijote, cuya figura no es triste sino inspiradora de bellas damas y heroicos caballeros, que con su espada desface entuertos y ayuda a los débiles. Que el mago Frestón torna las cosas de la guerra y las muda para desconcierto de mi señor. Que si son molinos o gigantes no es lo importante, porque el Mito de la Caverna ya los plasmó: las apariencias pueden engañar. ¡Señor poseedor de mis sueños, valedor de mi alma! En sus manos encomiendo mi persona y las noticias que llegan al Toboso me obligan a añorar sus caricias. Sancho, consejero espiritual de mi amo, cuida del Hidalgo y hazle llegar mis nuevas, mi vida pasa por él. Porque si el mago Frestón, con su donoso escrutinio, arrebató a mi señor sus libros, también lo embauca en la percepción, y que esos gigantes horripilantes muestran sus brazos de madera golpeando al Hidalgo y que sufré su caída y que el escudero, humilde pensador de la ínsula, nunca podrá conocer la sabiduría del malandrín caraculiambro que muda las cosas de la guerra.
Tu dama del Toboso, siempre.