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Cristóbal Colón en Salamanca

Diálogo: Doctor Calzadilla

Conociendo el Doctor Calzadilla el gran pesar que Cólon tenía debido a que el Rey Portugal no había aprobado su magno proyecto, visita su morada y Cristóbal Colón lo recibe con agrado:

Calzadilla: -Conozco tu pesadumbre y tu tristeza.

Colón: – Así es, lo refleja mi rostro y no es empresa fácil ocultar mi lamento.

Calzadilla: -Tus estudios sobre cartografía, sobradamente conocidos, tus largas lecturas, no han convencido al soberano portugués y es porque éste anda sumido en batallas y guerras de honor. Algún día, querido Colón, la propia Historia le pasará factura.

Colón: -Mi peregrinaje llega a su fin. Estoy triste y cansado. Quiero portar la luz que nos guiará hacia Terra Incógnita, y sin embargo no encuentro el modo. Se cierran todas las puertas y mi esperanza se diluye en un mar de dudas.

Calzadilla: -Estimado Colón, creo tener la solución a tu mecenazgo. En tierras del imperio español, allí donde la universidad es docta, se encuentra el Convento de San Esteban. En sus muros encontrarás cobijo y comprensión.

Colón:
– ¡Es cierto! Algo he leído sobre ello, Abraham Zacut posee escritos sobre esas tierras.

Calzadilla:
 – Pues bien, ese convento está regentado por una orden eclesiástica cuyo estandarte es la evangelización: llevar la palabra de Dios a cualquier rincón del mundo. Se trata de la orden de los Dominicos.

Colón:
 -Y ellos, ¿me escucharían?

Calzadilla:
 – Sí Colón, mira, una vez allí has de preguntar por Fray Diego de Deza. Es un dominico que escucha a las personas y cuyos contactos en la Corte son de dominio público. No va a ser difícil ganártelo pues él es un filántropo y creerá en tu proyecto. Solicitará, a buen seguro, audiencia real para que seas escuchado.

Colón:
 – ¿Y qué sucederá?

Calzadilla:
 -Una vez que Fray Diego de Deza te escuche y sus majestades los Reyes Católicos también lo hagan, serás sometido a las preguntas de un alto tribunal científico, al que tendrás que convencer con tus argumentos para que aprueben tu proyecto.

Colón:
 – Mañana mismo partiré para tierras doctas. Muchas gracias, serás incluido en los renglones de la historia, al menos, en lo que a mi diario se refiere. Gracias doctor.

Calzadilla:
 – Vas a cambiar la Historia y portarás la luz que tanto deseas.