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Cristóbal Colón en Salamanca

Diálogo: La Junta Examinadora

Por fin llega el momento, el almirante se encuentra ante la junta evaluadora, ésa que dará el visto bueno o echará para atrás el proyecto. Preside la Reina Isabel  I de Castilla y como portavoz el más anciano de  todos los sabios.

Sabio: – Respetado Colón,  todos los que aquí nos hallamos, incluida su majestad, deseamos escuchar su explicación de manera clara. Poseo varias preguntas, formuladas por la junta examinadora.

Colón
:- Con la venia Majestad;  venerables sabios, nada me complace más que poder exponer aquí, ante tal congregación de saberes, mis argumentos.  Son muchos los años que mi persona lleva buscando este especial momento, y por fin y por la gracia de Dios, ha llegado.

Sabio:
 – Cristóbal Colón, almirante. Son muchos los que afirman que su proyecto no es sino una locura en tiempos difíciles. Que su formación le hace divagar en un mar de conocimientos pero todos ellos imposibles de llevar a cabo. De lo contrario, por qué motivos, la junta de sabios portuguesa presidida por el Rey Juan II vio inviable su argumentación.

Colón:
 – Yo quiero dar por concluida la “Empresa de Indias”. He de decir, que su Majestad el rey de Portugal nunca ha dado por cerrado esta empresa, aún sigue abierta. Ahora bien, sabios de la Universidad de Salamanca, escuchen; la tierra es redonda y por lo tanto se puede llegar a las Indias navegando alrededor de la tierra hacia el oeste. La distancia entre Europa y Asia no es tan grande navegando hacia el oeste. Se puede culminar la Empresa de Indias en no demasiado tiempo.

Sabio:
– Pareces muy seguro en tus apreciaciones…

Colón:
– No es una apreciación, ha de saber que esto está perfectamente documentado, Claudio Ptolomeo así lo constata en el siglo II de nuestra era de Cristo.

Sabio:
– Debemos deliberar los sabios aquí reunidos y elevar el resultado a su majestad.

 

Los sabios echaron por tierra el proyecto en primera instancia, el Rey Fernando el Católico no quiso saber absolutamente nada de la propuesta  de Colón. Fue la Reina la que  creyó en su segundo intento. No sólo confió sino que donó dos carabelas en el puerto de Palos así como 20.000 maravedíes. Las capitulaciones de Santa Fe dieron la aprobación oficial a la Empresa de Indias.  Lo demás ya está escrito por la Historia.